Revisión del último disco de Smashing Pumpkins
Por Santiago Delucchi, guitarrista y cantante de Indra
El nuevo disco doble de Smashing Pumpkins llegó rompiendo expectativas y convenciones, uniéndose a la saga de otros fabulosos discos dobles como el Album Blanco de Los Beatles, donde uno encuentra de todo.
Se abre un espectro que cubre desde dulces baladas con piano hasta ruidosas y potentes canciones y, desde temas simples y emocionales hasta las más excéntricas experimentaciones sónicas.
Producido por el dúo dinámico inglés (Flood y Alan Moulder) y el mismo Billy Corgan (voz, guitarra, compositor y quien solía ocuparse de todo), el disco se diferencia de sus anteriores en que hay una mayor contribución de la banda, y realmente se refleja esa aventura que hace pisar más fuerte a Iha (guitarra), D’arcy (bajo) y Chamberlin (batería). Quizás esto se deba a que son demasiadas canciones para una persona: 28 temas que recorren todos los caminos y laberintos posibles. En temas como Jellybelly se pueden oir las super regrabaciones de guitarras superponiéndose y generando un gran muro de sonido, o en solos como en Tales of a scorched Earth y Zero se notan más de diez pedales conectados juntos y el cielo siendo abollado. En otras canciones como Love y Cupid de Locke se samplearon aerosoles, cajitas de vitaminas y tijeras que se abren y cierran.
Contraponiéndose a estos temas procesados y sobrecargados, hay canciones de unaguitarra y una melodía como To forgive o Take me down (el tema de Iha). En el estudio se trabajó en dos salas distintas simultáneamente para que la grabación no se alargara.Hubo temas grabados con sinfonías, bien medidos y con tiempo como Tonight, tonight, mientras que hay otros registrados simplemente en vivo como X.Y.U. El final llega con Farewell and goodnight donde cantan Billy, Iha y D’arcy juntos como símbolo de unión y despedida.
Corgan sostiene que este disco es una gran exclamación de 7 años de SP, ya que algunas de sus etapas anteriores o buenos momentos en vivo (como en la gira del ’92) no habían sido registrados, y ahora quizás en algunas canciones hay una buena imagen que las representa.
El disco satisface a los oyentes sin que la banda se repita en un disco ya hecho, y esto se debe a que SP se lo planteó como lo último del grupo que usualmente se conoce, o de esta primera etapa. Lo cual sugiere que el próximo disco será en otra dirección totalmente distinta de lo que es ahora Smashing Pumpkins.
Por Santiago Delucchi, guitarrista y cantante de Indra
El nuevo disco doble de Smashing Pumpkins llegó rompiendo expectativas y convenciones, uniéndose a la saga de otros fabulosos discos dobles como el Album Blanco de Los Beatles, donde uno encuentra de todo.
Se abre un espectro que cubre desde dulces baladas con piano hasta ruidosas y potentes canciones y, desde temas simples y emocionales hasta las más excéntricas experimentaciones sónicas.
Producido por el dúo dinámico inglés (Flood y Alan Moulder) y el mismo Billy Corgan (voz, guitarra, compositor y quien solía ocuparse de todo), el disco se diferencia de sus anteriores en que hay una mayor contribución de la banda, y realmente se refleja esa aventura que hace pisar más fuerte a Iha (guitarra), D’arcy (bajo) y Chamberlin (batería). Quizás esto se deba a que son demasiadas canciones para una persona: 28 temas que recorren todos los caminos y laberintos posibles. En temas como Jellybelly se pueden oir las super regrabaciones de guitarras superponiéndose y generando un gran muro de sonido, o en solos como en Tales of a scorched Earth y Zero se notan más de diez pedales conectados juntos y el cielo siendo abollado. En otras canciones como Love y Cupid de Locke se samplearon aerosoles, cajitas de vitaminas y tijeras que se abren y cierran.
Contraponiéndose a estos temas procesados y sobrecargados, hay canciones de unaguitarra y una melodía como To forgive o Take me down (el tema de Iha). En el estudio se trabajó en dos salas distintas simultáneamente para que la grabación no se alargara.Hubo temas grabados con sinfonías, bien medidos y con tiempo como Tonight, tonight, mientras que hay otros registrados simplemente en vivo como X.Y.U. El final llega con Farewell and goodnight donde cantan Billy, Iha y D’arcy juntos como símbolo de unión y despedida.
Corgan sostiene que este disco es una gran exclamación de 7 años de SP, ya que algunas de sus etapas anteriores o buenos momentos en vivo (como en la gira del ’92) no habían sido registrados, y ahora quizás en algunas canciones hay una buena imagen que las representa.
El disco satisface a los oyentes sin que la banda se repita en un disco ya hecho, y esto se debe a que SP se lo planteó como lo último del grupo que usualmente se conoce, o de esta primera etapa. Lo cual sugiere que el próximo disco será en otra dirección totalmente distinta de lo que es ahora Smashing Pumpkins.