República Churrasco
Textos de Federico Wiemeyer. Fotos de Oliverio Torre. Buenos Aires, tarde de miércoles. Tarde de mierda, el cielo gris otra vez ¿cuándo saldrá el sol? Maldito Niño. Zona de casas bajas en la parte más oeste de Caballito. Adoquinado. Casa vieja. Dos timbres. Un dedo hace presión sobre una A. Ruido de pasos adentro. Cerradura que gira. _¿Vos venís de petronilo? _¿Vos sos Quiche? _Sí. _Sí. Quiche. 30 años. Tipo alto de pantalón rojo, buzo negro y zapatillas anaranjadas. Tez blanca. Maraña de pelo negro a punto de transformarse en dreadlocks. Compositor, guitarrista, cantante y cabeza de (“algo así como un vocero de”) República Churrasco, banda de música. Cronista y entrevistado suben una escalera y entran en un departamento amplio y casi vacío, de techos altos. Paredes color ocre peladas, pocos muebles. Quiche ofrece un mate y parte hacia la cocina a calentar agua. Mientras tanto el cronista se dedica a curiosear el ambiente: una biblioteca con todos los videos de Cosmos de Carl Sagan, disquetes, muchos libros de budismo y varias novelas, un mueble extraño, tipo mesita, con símbolos raros. Quiche vuelve con la pava. _¿A quién le interesa el budismo en esta casa? _A mí. Vivo solo. Soy budista. PRIMER CLAC INESPERADO. _¿Y esa mesita? _Un altar. Mi altar. SEGUNDO CLAC. EL PERIODISMO MUSICAL AMENAZA DESVANECERSE. Quiche es amable y verborrágico. Puede contar la historia del budismo con una agilidad sorprendente. Sin problemas se remonta a 500 años antes de la era cristiana y habla de Buda, de Shakyamuni, como si estuviera contando lo que hizo hace media hora. Salta de la India a la China. A los intérpretes del legado budista. Habla de los diez estados internos de los hombres. De los 3000 mundos posibles que todos tenemos a cada instante. De los venenos del alma, de reencarnaciones, de la vida eterna. Tira ininteligibles nombres de profetas chinos y japoneses, títulos de libros elementales, oraciones místicas, racontos del derrotero del budismo en Japón. El cronista lo escucha absorto; recién cuando Quiche hace mención a la música recuerda su objetivo: República Churrasco. Hay toda una banda que esta tarde no pudo estar en Caballito y que dejó a Quiche como portavoz. República Churrasco entonces. Música entonces. Después más budismo. |
MUSICA Y VIDA
Verborragia de Churrasquiche “Toco desde los 15 años, estudié guitarra clásica a lo Narciso Yepes o Paco de Lucía, todo en española. Pero me quería juntar a tocar con otra gente y no tenía idea de cómo hacerlo. Era un desastre con la eléctrica, me movía sólo con partituras, no sabía improvisar, no podía zapar con nadie. Cuando terminé el secundario, más o menos, cambié de profesor de guitarra, estudié con Luis Borda y aprendí otras técnicas. Me compré una eléctrica. No fue fácil. Económicamente era un época jodida –hace casi 10 años–. Por suerte estaba laburando de cadete en una oficina de exportaciones y ganaba muy bien. Las exportaciones tienen que hacerse rápido, no se puede perder tiempo, hay transas por todos lados, la guita va y viene; vos te comés la mitad de una cometa, después otra, y vas juntando. Compré muchas cosas, y tuve mi eléctrica al fin. Armé una banda con Fernando Presumido (actual ‘El Matadero’) llamada ‘Las Manos de Perón’. Después toqué en ‘Famosos y Voladores’, con Presumido en bajo y Daniel Lustemberg en guitarra. Teníamos una onda medio afro, por llamarlo de algún modo, con otros instrumentos. Lustemberg es un guitarrista impresionante que vive en Holanda desde hace unos años; cada tanto nos carteamos. Con él aprendí a tocar la guitarra eléctrica en serio, el tipo tenía toda la escuela que a mí me faltaba. Nos complementábamos, teníamos un feedback excelente. Pero no duramos mucho. Daniel era muy bueno pero muy colgado, demasiado volador. Para esa época yo ya estaba laburando en un banco. Dos años de cadete y después atendiendo a la gente, de caretón en mi escritorio, ofreciendo planes de ahorro. Tres años en el Banco Quilmes y seis en el Banco Crédito Provincial de La Plata, que quebró hace un año. Ahora estoy desocupado y me mantengo del seguro de desempleo y de la indemnización, que me estoy gastando de a poco. Tengo que conseguir trabajo ya. Me gustaría algo más tranquilo, por el barrio, sin tanto ruido. Me gusta el sol, la mañana, ir a la panadería, desayunar tranquilo. Retomemos con la música, siempre me voy por las ramas. Después de ‘Famosos y Voladores’ estuve en ‘Acostumbrados al Dolor’, un pop más rockero; pero eso también se terminó. Yo seguía tocando y tenía ganas de tener mi propia banda. Anduve boyando varios años hasta armar el embrión de lo que hoy es ‘República Churrasco’ con Maximiliano Guizzardi, el baterista actual. El grupo tuvo muchos nombres que fueron cambiando. Al principio nos llamamos ‘Argentina Sono Film’ y teníamos una onda más tanguera, más urbana, onda canción en blanco y negro, de Buenos Aires viejo, gris, un poco alejado del rock, más del lado de la canción. Después cambiamos el nombre por ‘Sucesos Argentinos’ y más tarde por ‘Cuesta Abajo’. Ahí nos fuimos a la mierda en serio con nuestra onda gris, como el nombre que teníamos. Un bajón. Pero Maxi y yo nos empezamos a colgar mucho con King Crimson, con el disco ‘Red’ (1974), un disco de trío, muy metálico, una locura para el año en que fue grabado. Maxi enloqueció. Cambió su concepción Coppeland de la batería, agarró la línea frenética de Fripp, y empezamos a hacer música en esa onda pero con más frescura, más Beatle. Hicimos una fusión perfecta de Crimson y Los Beatles. Ahí fue cuando nos convertimos decididamente en ‘República Churrasco’, una fusión. El nombre surgió de una conversación con Fernando Presumido. Estábamos charlando y nos preguntamos qué sería la Argentina para el mundo. El país de las vacas, la república del churrasco. La palabra churrasco nos representa, es una identidad. Hay un capítulo del superagente 86 en el que a Maxwell Smart le hacen creer que viene a la Argentina y él pregunta donde puede comer un churrasco. La República Churrasco. El nombre lo tiró Presumido y yo se lo puse a mi banda. Quedó. Justo estábamos teniendo esos cambios musicales que cuento, y ahí empezó la historia. En 1994 tocábamos Maxi Guizzardi en batería, Gustavo Sanchez en guitarra, Eduardo Filenski en bajo y yo en guitarra y voz. Siempre fuimos un grupo de tocar muy poco, muy chotos para eso. El circuito habitual de pubs, alguna disco, alguna vez Parque Centenario, pero nada más. En esa época empezamos a grabar mucho. Fuimos al estudio TECSON para hacer un demo, con un violinista, con mucha guitarra acústica, y al técnico del lugar le encantó. Tanto que nos terminó ofreciendo grabar unas canciones con un cuarteto de cuerdas. Nos ofrecía el estudio gratis, fue un desafío. Mucho laburo pero buenísimo. Los arreglos los tenía que hacer yo, que sé escribir música, aunque a los tumbos. Entonces me encerré en mi casa a componer, a meterme de nuevo en lo de las partituras. Y el dichoso arreglo se grabó pero nunca fue ensayado; los músicos clásicos son medio complicados con los horarios y con lo de colaborar gratis, porque guita no había. Conseguimos sólo una violinista, pendeja de 16 años impresionante que en medio hora grabó todas las pistas ella sola. Hasta grabó la pista para el chello en la octava más grave del violín. Fue increíble. Encima mis partituras estaban plagadas de errores y mientras ella grababa a primera vista, yo tenía que ir señalándole todas mis cagadas, marcándole por dónde seguir, por dónde retomar o repetir cosas. No podíamos creer lo que era esa pendeja. Hizo todo a primera vista, zafó todos mis errores, grabó todo. La mina vino de la escuela con su jumper a cuadritos, era muy linda, y se puso a grabar de una. Estaban todos los chicos en la pecera, del otro lado del estudio, obnubilados con ella. María Sol Nardoza. Primera violinista de la Sinfónica General San Martín. Una locura. Quedó un demo muy lindo, con cuarteto de cuerdas, guitarra acústica, bajo y batería. También hicimos temas con oboe y con órgano. Y piano. Fue muy lindo, muy Sargeant Pepper. Y gustó mucho, pero poner todo eso en vivo era imposible. Terminamos distribuyéndolo sólo entre amigos; esto fue a principios del ’96. Por algunos problemas el grupo tuvo casi un año de Impasse. Después volvimos a grabar otras cosas y armamos una selección en cd y en kct, que estamos distribuyendo ahora. Tuvimos buenas críticas de los medios. Pero aunque tendríamos que serlo, no somos tipos demasiado conectados. Somos mas bien caseros. Además los músicos fuimos rotando; ahora estamos Marcelo Filippo en guitarra, Maxi en batería, Marcelo Costa en bajo y yo en guitarra y voz. Hoy República Churrasco está más canción que nunca. Menos Krimson y más Beatle, más pop, quizás estemos girando nuevamente. Marcelo Filippo también es compositor (ex ‘BA sin Sanchéz’) y estamos cambiando; es un tipo muy creativo que le dio mucho a la banda. Recién ahora estamos teniendo lo que el budismo llama Itaidoshin, que es muchas personas con un mismo fin y con un gran espíritu de unión. Antes componía yo sólo, ahora estamos tratando de componer entre todos, buscando elitaidoshin, tratando de llegar a eso, aunque el único budista sea yo. ¿Planes a futuro? Que podamos llegar a la gente y que podamos tener dedicación exclusiva a esto. Que nuestras horas de trabajo sean invertidas en el grupo y que el tiempo libre sea para cuestiones personales. No tener que aplicar el tiempo libre a la banda (NdelR: todos los República Churrasco rozan los 30 años). Hoy yo estoy desocupado pero los chicos trabajan, y muy duro. Maxi es repositor en un supermercado; Marcelo Costa trabaja en una casa de lectrodomésticos; y Marcelo Filippo labura con el padre en una casa de marcos para cuadros. Son muchas horas. Quisiera que todos pudiéramos dedicarnos de lleno a la música, para que esto crezca. No ser estrellas de rock, pero si poder vivir de esto. Eso.” Una aproximación a Quiche Escuchar El cordero se acuesta en Broadway (Génesis), el Album Blanco (The Beatles), Red (King Crimson), Skylighting (XTC), y ya de estas pampas, los discos 80’s de Charly García y los 90’s de Soda Stereo *** No fumar cigarrillos *** Cric en la cabeza con “Historias de Cronopios y de Famas (J. Cortázar)” y con “El Segundo Anillo de Poder (C. Castaneda)” *** Ver mil veces La Guerra de las Galaxias y los mejores gags de Cha Cha Cha *** Aprovechar la mañana *** Enamorarse de las vecinas *** Y, por supuesto, adherir a la filosofía budista. BUDA ESTUVO PRESENTE Quiche no necesita que se le hagan demasiadas preguntas. Un simple comentario, una inquietud, le disparan miles de palabras. Y habla por uno. Por dos. Por tres y por cuatro. Está fascinado con la filosofía oriental. Cuenta detalles, datos, anécdotas personales. Conoce vida y obra de profetas. Maestros e intérpretos luminarios. Abre y muestra su altar budista que encierra un manuscrito japonés llamado Gohonzon, el objeto de veneración de su fe, el mandala que encierra la corporificación de la iluminación de Buda. Pasmado, el cronista sigue tratando de hilar rock con religión; cambia proyectos de nota sobre la marcha, intenta diagramar un reportaje en la cabeza. Arma y desarma recuadros mentalmente. El periodista termina decidiendo dejar de ser periodista. ¿Por qué no cambiar un carnet de prensa por las interpretaciones de La flor del Loto, al menos por esta tarde? NAM MIOHO RENGUE KYO. Esa frase resume la filosofía a la que adhiere el cantante de República Churrasco. Quiche aclara que los otros miembros de su banda no están “tan en el tema” como él. Pero es tarde. Buda (o su espectro, o su legado) acaba de entrar por la ventana. Transcribir definiciones o conceptos académicos sobre esta fe (o religión, o filosofía) no le parece adecuado al ex periodista, que considera que para eso están los libros que ya han escrito otros. Además, aunque Quiche no lo diga, todoparece tener que ver con el amor, y esa resulta ser la parte más hermosa. El ex periodista opta por seguir escuchando al músico, que no deja de hablar: “Después de las sesiones de grabación, República Churrasco entró en crisis. Yo me rayé, porque sí, y eché al guitarrista (Gustavo Sánchez). Justo Maxi entró en una crisis personal, se peleó con su pareja, enganchó un laburo en Carrefour que le implicaba muchísimas horas diarias y dejó de tocar. Como músicos quedamos aislados. Ahí me agarraron a mí las dudas de si seguir tocando o no, de para qué tocar. También yo me había separado de mipareja, con la que había convivido, y el quilombo total se armó un año después, cuando me enamoré de mi vecina de acá enfrente. Ninguna mina me daba bola y justo me vengo a enganchar con la de enfrente. Un amor loquísimo de balcón a balcón, de espiarse. Yo la filmaba con una cámara que escondía por ahí, la sacaba por un circuito cerrado de televisión, ella memiraba, me coqueteaba y caí redondo. Y mal. Yo llegaba del banco y me ponía en el balcón a ver si estaba o si no estaba, y ella hacía lo mismo. Todos los días, durante mucho tiempo. Estaba decidido a encararla pero nunca nos cruzábamos por la calle, hasta que me saqué mal, me obsesioné. Sabía que ella tenía un novio, pero igual le acercaba el zoom de la cámara para verla bien, me enloquecí. Un día colgué una bandera gigante en mi balcón, pintada con aerosol, que decía: ‘Hola, soy Daniel, se viene el puente’.” El redactor quiere aclarar que Daniel es el nombre real de Quiche y que en esa zona de Caballito las distancias de vereda a vereda son muy pequeñas. “La mina se cagaba de risa, yo le había puesto también un velador para que mi bandera se viera, porque era de noche. Pero pasaron las semanas y nada. Hasta que un día nos saludamos de balcón a balcón, legalmente, así, agitando la mano, como dos nenes, y yo salí por la ventana con un gran cartel con mi número de teléfono. Finalmente ella me llamó y empezamos un enrosque tremendo. La mina era una histérica total, una perversa. Coqueteaba con todo el mundo, y darme cuenta de eso me puso muy loco. Estaba enfermo. La vigilaba por el balcón. Ella me seducía y me deliraba. Salíamos a caminar, nos metíamos en un pasaje oscuro, me pedía que la abrazara, y yo lo hacía pero no la besaba. Me tenía dominado a un nivel increíble, no me animaba a nada, estaba sometido. Nunca pasamos de un piquito, me daba vuelta. Un día me decía que éramos novios y al otro se reconciliaba con su ex. Un delirio. Yo seguía sin hacer música y ahora le había agregado el drama de la mina ésta, sabés como son esas cosas. Para esa época conocí a Antonio Seoane, un cantante que se dedica al tango sobre todo, que andaba buscando compositores. Nos pusimos a hacer algunas cosas juntos, hicimos amistad, yo le conté de mi historia con esta mina y el tipo me comentó lo del budismo. Al principio me pareció una pose, pero fui viendo qué era. Para ordenarme la cabeza. Proponerse cosas y hacerlas. Antonio me decía que dijera NAM MIOHO RENGUE KYO (la frase ritual, de cuando oran), que me concentrara en lo que deseaba. Con la mina esta yo sufría como un perro, y empecé a hacer eso para ganarla. Pero empecé a olvidarla. La fui borrando de mi vida. Después fui viendo cómo eran las cosas. El estado Buda te lleva a eliminar lo que no te corresponde, te aleja de lo que te hace mal. Ese había sido todo mi contacto con el budismo, la frase NAM MIOHO RENGUE KYO. Pero me fui metiendo. |
Empecé a ir a reuniones. Resultó ser una rama laica del budismo que viene del Japón; se llama Sokka Gakai y no tiene monjes ni jerarquías. Hay prácticas para que cada uno llegue a la budeidad, que es el estado máximo, para que transformes los venenos del alma (avaricia, duda, ira, arrogancia y estupidez) en algo positivo. Con tu práctica te vas sintonizando con la energía universal, en busca de la paz.
Todos los seres tienen estado de Buda, las plantas y los animales también, pero el ser humano es el único que lo puede manifestar. Somos una vida que va reencarnado, va tomando distintas manifestaciones de la Ley Mística, sumando, todo tiene que ver con el karma de cada uno. Toda esa Ley Mística está resumida en su título que justamente es NAM MIOHO RENGUE KYO (“Devoción a la Ley Mística de la flor del Loto”). La flor del Loto es la única que hecha flor y semilla al mismo tiempo, una mezcla exacta de causa y efecto. Un todo en el mismo instante, en el mismo lugar. Por eso NAM MIOHO RENGUE KYO; esa es la frase que se usa para orar. Todo esto me llegó a mi en un momento de confusión total. Y me vino bien, fui entendiendo muchas cosas de los seres humanos.
Nada va a cambiar en el transcurso de la humanidad si no cambia el hombre, uno por uno. En el budismo perseguimos la paz mundial, no sólo de guerra, sino de humanismo total, de no agresión. Que todos trabajen por el bien de todos. Buscamos el cambio desde el ser humano mismo, y no salimos a repartir volantes ni nada de eso. Es de persona a persona la cosa, para que cada uno experimente su propia revolución humana. Esta filosofía pretende que los hombres puedan eliminar su oscuridad fundamental, que todos llevamos adentro. El budismo sostiene que uno puede hacer cualquier cosa, lo que se proponga, y que puede lograrlo si quiere, hasta llegar al infinito. Todo está en el hombre, el bien y el mal. No hay entidades superiores, absolutamente todo está en nosotros. Los hombres buscan en Dios lo que en realidad existe en las relaciones entre ellos. El secreto está en el persona a persona. Esto puede ser llamado religión porque tiene que ver con la fe. Pero ojo; con la fe en vos mismo.
Todas las mañanas me levanto y antes de salir me pongo en el altar, miro el Gohonzon (el manuscrito japonés encerrado en el altar, que no puede ser fotografiado), y empiezo con el Daimoku. Daimoku es invocar, cantar el NAM MIOHO RENGUE KYO. Te sentás, mirás el Gohonzón, juntás las manos, y empezás: NAM MIOHO RENGUE KYO, NAM MIOHO RENGUE KYO, NAM MIOHO RENGUE KYO, NAM MIOHO RENGUE KYO, NAM MIOHO RENGUE KYO, tratando de sentir los verdaderos deseos, de meterte en ellos de corazón. Es difícil mantener el hábito, porque no siempre te va a ir bien. Los obstáculos existen, el sufrimiento es parte de la vida. Pero es una práctica diaria, y a veces cuesta un huevo. Pero aunque llegue borracho yo lo hago siempre.
Esto tiene que ver con la sociedad, es en base a la sociedad, y por supuesto no es perfecto. Somos todos seres humanos y el ser humano tiene muchos defectos. Pero hay que tratar de solucionar esas diferencias, de convertir los venenos en beneficios, de cambiar. De realmente tratar de recomponer las relaciones, porque si vos no sentías las cosas por dentro, nunca vas a cambiar nada. Por ejemplo, supongamos que yo me llevo mal con alguien. Por algún motivo no nos podemos tragar. Entonces voy a invocar el NAM MIOHO RENGUE KYO por la felicidad de ese alguien. Pero lo voy a hacer en serio, tengo que sentirlo, desear en serio la felicidad para ese alguien, si no no sirve. Y aunque parezca mentira las cosas empiezan a cambiar. De a poco. Siempre todo tiene que ver con tu propia predisposición. Y cada vez hay más conciencia de la necesidad de paz mundial, estas filosofías están creciendo.
A todo esto, con la banda volvimos a tocar y yo estoy saliendo con una chica que conocí por esta historia. Es acrtiz y enganchamos mucho; ella me enseñó bien lo del Daimoku (el canto, la invocación), me dio seguridad ante mis dudas. Con ella tomamos las cosas con mucho humor, nos encanta el absurdo.
En los recitales con la banda hablo mucho entre tema y tema, no del budismo, sólo hablo. La gente grita cosas y yo voy armando historias. Se trata de crear. Y voy bien. Después de tod uno pretende ser feliz”.
El ex periodista vuelve a ser periodista en la vereda, bajo la garúa miserable que humedece las calles del barrio. Buda se le quedó en la cabeza, como la vecina del balcón, como la actual novia de Quiche, a la que el cantante de República Churrasco se ha referido con sumo cariño durante toda la ¿entrevista? Buda se le hace con la cara femenina al periodista. ¿Clavos de la ley mística que llegan par quitar a otros clavos venenosos? ¿Vergeles filosóficos en un mundo cada vez más hostil? Mejor seguir caminando. La garúa no moja pero jode. Hay una pareja besándose en una esquina, y al fin y al cabo el cronista de petronilo también pretende ser feliz.
+ info sobre cinerama (proyecto posterior a república churrasco) en rock.com.ar
+ info sobre buda en wikipedia
Todos los seres tienen estado de Buda, las plantas y los animales también, pero el ser humano es el único que lo puede manifestar. Somos una vida que va reencarnado, va tomando distintas manifestaciones de la Ley Mística, sumando, todo tiene que ver con el karma de cada uno. Toda esa Ley Mística está resumida en su título que justamente es NAM MIOHO RENGUE KYO (“Devoción a la Ley Mística de la flor del Loto”). La flor del Loto es la única que hecha flor y semilla al mismo tiempo, una mezcla exacta de causa y efecto. Un todo en el mismo instante, en el mismo lugar. Por eso NAM MIOHO RENGUE KYO; esa es la frase que se usa para orar. Todo esto me llegó a mi en un momento de confusión total. Y me vino bien, fui entendiendo muchas cosas de los seres humanos.
Nada va a cambiar en el transcurso de la humanidad si no cambia el hombre, uno por uno. En el budismo perseguimos la paz mundial, no sólo de guerra, sino de humanismo total, de no agresión. Que todos trabajen por el bien de todos. Buscamos el cambio desde el ser humano mismo, y no salimos a repartir volantes ni nada de eso. Es de persona a persona la cosa, para que cada uno experimente su propia revolución humana. Esta filosofía pretende que los hombres puedan eliminar su oscuridad fundamental, que todos llevamos adentro. El budismo sostiene que uno puede hacer cualquier cosa, lo que se proponga, y que puede lograrlo si quiere, hasta llegar al infinito. Todo está en el hombre, el bien y el mal. No hay entidades superiores, absolutamente todo está en nosotros. Los hombres buscan en Dios lo que en realidad existe en las relaciones entre ellos. El secreto está en el persona a persona. Esto puede ser llamado religión porque tiene que ver con la fe. Pero ojo; con la fe en vos mismo.
Todas las mañanas me levanto y antes de salir me pongo en el altar, miro el Gohonzon (el manuscrito japonés encerrado en el altar, que no puede ser fotografiado), y empiezo con el Daimoku. Daimoku es invocar, cantar el NAM MIOHO RENGUE KYO. Te sentás, mirás el Gohonzón, juntás las manos, y empezás: NAM MIOHO RENGUE KYO, NAM MIOHO RENGUE KYO, NAM MIOHO RENGUE KYO, NAM MIOHO RENGUE KYO, NAM MIOHO RENGUE KYO, tratando de sentir los verdaderos deseos, de meterte en ellos de corazón. Es difícil mantener el hábito, porque no siempre te va a ir bien. Los obstáculos existen, el sufrimiento es parte de la vida. Pero es una práctica diaria, y a veces cuesta un huevo. Pero aunque llegue borracho yo lo hago siempre.
Esto tiene que ver con la sociedad, es en base a la sociedad, y por supuesto no es perfecto. Somos todos seres humanos y el ser humano tiene muchos defectos. Pero hay que tratar de solucionar esas diferencias, de convertir los venenos en beneficios, de cambiar. De realmente tratar de recomponer las relaciones, porque si vos no sentías las cosas por dentro, nunca vas a cambiar nada. Por ejemplo, supongamos que yo me llevo mal con alguien. Por algún motivo no nos podemos tragar. Entonces voy a invocar el NAM MIOHO RENGUE KYO por la felicidad de ese alguien. Pero lo voy a hacer en serio, tengo que sentirlo, desear en serio la felicidad para ese alguien, si no no sirve. Y aunque parezca mentira las cosas empiezan a cambiar. De a poco. Siempre todo tiene que ver con tu propia predisposición. Y cada vez hay más conciencia de la necesidad de paz mundial, estas filosofías están creciendo.
A todo esto, con la banda volvimos a tocar y yo estoy saliendo con una chica que conocí por esta historia. Es acrtiz y enganchamos mucho; ella me enseñó bien lo del Daimoku (el canto, la invocación), me dio seguridad ante mis dudas. Con ella tomamos las cosas con mucho humor, nos encanta el absurdo.
En los recitales con la banda hablo mucho entre tema y tema, no del budismo, sólo hablo. La gente grita cosas y yo voy armando historias. Se trata de crear. Y voy bien. Después de tod uno pretende ser feliz”.
El ex periodista vuelve a ser periodista en la vereda, bajo la garúa miserable que humedece las calles del barrio. Buda se le quedó en la cabeza, como la vecina del balcón, como la actual novia de Quiche, a la que el cantante de República Churrasco se ha referido con sumo cariño durante toda la ¿entrevista? Buda se le hace con la cara femenina al periodista. ¿Clavos de la ley mística que llegan par quitar a otros clavos venenosos? ¿Vergeles filosóficos en un mundo cada vez más hostil? Mejor seguir caminando. La garúa no moja pero jode. Hay una pareja besándose en una esquina, y al fin y al cabo el cronista de petronilo también pretende ser feliz.
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