Astroboy Nunca Pierde
Tocando en La Luna
Una amena entrevista con tres jóvenes compositores…
Metamorfosis… 1,2,3 y pasó… de planta a pájaro.
Y la pequeña desconforme le susurraba que cambie, que cambie.
¿Superhéroe? ¿Y si te derriban?
¿Y si volvés a Cactus?
… No temas Ultranena, Astroboy Nunca Pierde…
Hacé una breve reseña de la historia de Astroboy…
Emilio: Estamos juntos desde los quince años (1992, 2do año del Colegio Nacional de Buenos Aires). Yo tocaba la batería, Santiago el bajo y Gabriel la guitarra. Estuvimos mucho tiempo con otro guitarrista haciendo música sin ningún cantante, onda Pixies, Jesus and Mary Chain, The Cure…
Santiago: Fanáticos de Pixies
E: Eramos asérrimos fanáticos de ellos…
¿Por qué “eramos”? ¿No lo son más?
S: Nos gusta pero… digamos que conocimos otras cosas. En esa época nuestro gusto era bastante cerrado.
E: Ya no nos influye de la misma manera… bueno… después entró un cantante, Alejo. Seguimos haciendo música cantada en inglés. Se fue el guitarrista (Nicolás) y seguimos como un cuarteto llamándonos Cactus (por el tema de Pixies). Cambiamos el nombre a Pajarracos desde el momento en el que empezamos a cantar en castellano, porque comenzamos a oir bandas nacionales y nos dimos cuenta de que era una pelotudez cantar en inglés. No tenía nada que ver.
¿Qué bandas?
E: Peligrosos Gorriones y Telépatas, más que nada. Era una época en la que todos los fines de semana ibas a ver alguna banda, un poco para aprender esto de cantar en castellano, que para nosotros era muy nuevo, nos sonaba raro. Grabamos dos demos en castellano (antes habíamos hecho uno en inglés) hasta que Alo se alejó de la banda. Estuvimos un tiempo solo nosotros tres viendo que hacíamos, a la deriva. Fue muy poco tiempo, hasta que apareció Marina. La idea original era que fuese corista mientras yo cantaba pero finalmente terminó cantando sola y provocó algunos cambios importantes.
S: Además porque nosotros tres veníamos con una idea musical bastante clara…
E: Nos conocíamos muy bien…
S: Claro, y ella vino con ideas distintas.
¿De qué año están hablando?
E: De mediados del ’94. No llegamos a tocar nunca en vivo porque sólo empezamos a sonar bien sobre el final de la cosa. La cuestión es que terminó la relación musical con ella y quedamos nosotros tres a la deriva. Nos compramos una portaestudio y empezamos a grabar canciones, empezamos de cero de vuelta.
S: Esto fue durante las vacaciones. Era una época de hacer todo “casero”. Fines del ’94 y principios del ’95.
E: Empezamos a descubrir una veta más pop y más original que antes.
G: En los temas de portaestudio eso se nota mucho…
E: Sí, en la porta experimentamos mucho porque no teníamos nada que perder, no había límite de tiempo. Fue una cosa muy loca (risas)… pero en marzo de este año se incorporó Ezequiel, que es el baterista actual y también es del Nacional de Bs.As. Empezamos a ir de vuelta a la sala de ensayo. Nos costó al principio, el adaptarnos… yo al micrófono, Ezequiel a la banda… antes estábamos sentados en un living, grabando.
S: Además de eso se puede decir que estabamos bastante saturados, veníamos con muchas ganas de ensayar.
E: La cosa no caminó hasta un par de meses después, cuando empezamos a encontrarle la vuelta. Empezamos a conocernos más, surgieron muchos temas nuevos… una fluidez creativa que se fue gestando. El sonido de Astroboy en vivo se gestó en la sala, no en la portaestudio; el sonido de Ultranena también. Ultranena es el nombre de una producción independiente que estamos por editar para fines de diciembre. Gastamos mucha plata, está bastante bien grabada. La tirada se calcula entre 100 y 150 cassettes, todavía no está decidido. Tiene 9 temas… dónde estábamos?… ah, empezamos a tocar en vivo y conocimos un manager, con lo cual empezamos a aparecer un poco más. Nunca llegamos a padecer mucho el manejo infame y sucio y el manoseo desagradable de los dueños de los lugares. Después del primer show que tuvimos en Remember, donde nos trataron para el orto… hicimos un arreglo muy malo. Conocimos a Gonzalo (de Mortal Records) que nos consiguió fechas más dignas. Entonces nos dedicamos a llegar, tocar y nada más. Así llegamos a la actualidad, Astroboy en este momento es la mejor banda del país (risas)…
¿Cuántos shows llevan hechos?
E: Muy pocos… un Remember, tres en La Luna, una vez en La Plata en Ultrabar, otra en El Dorado y otra en Grock con los DDT. Realmente nos sentimos a pleno como banda, musicalmente. Nos tomamos muy en serio todo esto, moviéndonos para todos lados, pero recién ahora, que es cuando logramos la perfección musical (risas)
S: Digamos que, estamos muy cómodos.
E: Siempre sentimos que había un cuarto en discordia y Ezequiel fue la excepción.
Contáme como encajó el en todo esto…
E: Ezequiel encajó perfectamente, es una persona que se adapta a las circunstancias, toca bien y le gusta lo que hacemos. Nos conoce desde hace años. Al poco tiempo ya nos sentíamos bien como banda, él es parte activa. Esta es la primera formación en la que realmente estamos bien; los ensayos son cero-tirantes, sin discusiones (risas y llantos).
¿Qué esperan a nivel “sonido”?
E: Nosotros tenemos un sonido más o menos característico que se basa en la voz y en una pedalera de efectos. Mi voz y las guitarras de Gabriel, esa es la base… también el bajo de Santiago, su forma de tocar, y el touch de Ezequiel (risas)… bah, no sé si tenemos un sonido característico…
S: Hace poco estuvimos a punto de cambiarnos el nombre…
E: Pasamos por una crisis de identidad que duró más o menos un mes, en el cual no nos hallábamos ni en el colegio ni en nuestros hogares.
S: Es que no nos llegamos a identificar con ningún nombre.
¿Por qué “Astroboy Nunca Pierde”?
E: Pensé que la encuesta iba a ser más original (risas). Astroboy Nunca Pierde es una frase llena de estética y muy sugerente.
S: No hay una explicación, no es que un día nos pusimos así porque nos pasó tal cosa. Simplemente estabamos anotando nombres, cosas, y nos gustó como sonaba y lo dejamos.
E: Cambiar el nombre hubiese sido dar un paso atrás, porque ya habíamos tocado con ese nombre y la gente que nos vió nos conoció por Astroboy Nunca Pierde.
¿Y cuál es la importancia que tiene el nombre en una banda?
S: Finalmente nula. El nombre se adapta a las situaciones.
E: Si vos llegás lo podés hacer con el mejor o con el peor nombre, con el más adecuado o con el menos adecuado. La gente lo termina relacionando a la banda. Si nosotros nos llamaramos Muerto Podrido podría hasta llegar a ser asimilado y relacionado con algo pop, estético, hermoso (risas). Creo que la importancia es que el nombre sea recordable, que tenga punch.
¿Para qué tocan?
E: Primero porque no podemos no tocar, porque cuando estamos un tiempo sin tocar nos sentimos mal. Creo que no tenemos otra chance, cualquiera de nosotros sentiría un gran vacío.
S: Desde que tocamos lo sentimos como una de las cosas más importantes de nuestra vida, estamos pensando en eso casi todo el tiempo.
E: No podemos parar, es una necesidad. Sentimos un gran placer, nos destapamos, nos desahogamos mucho cuando vamos a ensayar. Es la salida a todo el arte que tenemos dentro.
Es lo único a lo que no te obligan y que realmente te da placer…
E: Más o menos, a Gabriel hay que llevarlo a los ensayos de los pelos!! (risas)
¿Qué expectativas tienen, más allá del desahogo y todo eso?
E: Para nosotros la música es todo. El arte en general y la música en particular. No podemos vivir sin música, sin hacerla, sin escucharla. Lo necesitamos constantemente. Si bien no es nuestro objetivo, sería muy bueno poder vivir de esto, para poder dedicarle todo nuestro tiempo y principalmente porque nosotros no somos de la ideología de que hacemos la música por y para nosotros, sino que la hacemos por nosotros y para la mayor cantidad de gente posible. Mientras más gente la escuche mejor nos vamos a sentir.
¿Y qué esperan que su música produzca en la gente?
E: Que se les ponga la piel de gallina, o les agarren escalofríos, o que lloren… cuando una canción provoca una reacción no racional, como puede ser el decir que bien este arreglo de bajo con la guitarra, ese tipo de cosas que te pasan con contados temas, es muy especial, es indescriptible… Ese es mi objetivo, si lo logro me siento pleno.
¿Cómo componen?
E: Generalmente yo soy el que hace las canciones y llegan a la sala en dos estados distintos. A veces terminadas y a veces desmembradas como ideas sueltas, y las vamos trabajando juntos.
S: Muchas veces nos pasa que Emilio hace un tema y nos parece que va a ser buenísimo y el paso a la sala lo destruye…
E: Hay muchos temas que en guitarra acústica y voz suenan muy bien y que no se adaptan a lo que sería una formación de rock. Por eso la gran mayoría de las canciones que grabamos en portaestudio no pudieron trasladarse a la formación actual. Hay temas que casi llegan terminados y otros que requieren mucha metamorfosis… encontrar la forma de tocarlos.
S: Tenemos temas versionados varias veces…
E: Incluso si nos vas a ver seguido, muchacho, verás que vamos cambiando de show en show.
¿Cuál es la temática de las letras?
E: El 90% habla de cosas que me pasan en el momento, relacionadas con mi estado de ánimo. Puedo hablar de amor, bronca, de un sueño, no sé…
¿Y el otro 10%?
E: Y… el otro 10% puede ser una palabra que aparece zapando un tema y que después detona el resto de la letra. Puede quedar una fábula que no tiene nada que ver con mi vida, como por ejemplo La la la.
G: Muchos temas salen de zapar… además porque pasamos muchas cosas juntos.
¿Hay “química de grupo”?
E: Tenemos química de grupo para tocar, versionar y arreglar, no para componer…
G: El ensayo ocupa un lugar sagrado en la semana de cada uno, es muy importante… estás fuera de todo, es irreemplazable.
E: Es como la cena…
G: No se suspende ante nada, en el ensayo te olvidás de todo…
E: Cuando termina te querés matar… es algo único, pero es un arma de doble filo. Es lo más y lo menos.
G: Ya el simple hecho de mostrar tu arte a otra gente y pensar en que lo puede recibir es grandioso…
¿Qué cosas les pasan por la cabeza cuando tocan en vivo, más allá de lo estrictamente musical?
E: Cuando estás en el escenario no te podés escapar ni esconder. Si sale mal tenés que seguir igual, estás expuesto de una manera única. Entonces cuando todo sale como vos querés, cuando la gente recibe más o menos lo que vos pretendés que reciba, es una sensación especial, una adrenalina que te corre por todo el cuerpo. Quizás después te bajás del escenario y estás muerto, pero en el escenario no sentís dolor, no sentís cansancio, ni calor ni frio. Tocar en vivo no se compara con nada, es un… un orgasmo entre la banda y el público. Igual, de los pocos shows que hicimos creo que solo uno salió como esperábamos, y en ese show nos sentimos unos centímetros arriba del suelo…
S: Una elevación adrenalínica…
¿Qué papel juega el sonidista?
G: Muy grande; nosotros tenemos muchos temas en los que el ambiente es muy importante, cada tema crea su clima, entonces no es fácil. Hay bandas que ponen todo a un volúmen y tocan… por ahí nuestra forma de sonar sea como un juego de climas…
E: Tenemos más problemas porque hay más variación de volúmenes, de intensidades. Somos muy hinchapelotas con el sonido, no tenemos mucha cancha. Yo no puedo sobrellevar un show sin retorno.
S: Además está el tema de la guitarra de Gabriel que usa un efecto distinto para cada tema, eso hace que el sonidista tenga que estar muy atento…
¿Y cómo ven a la gente desde arriba del escenario?
E: La gente que está abajo marca la diferencia entre un ensayo y un show…
S: Y uno tiene que tratar de, aunque suene maquiavélico, manejar a la gente, en un sentido más artístico… o sea, si te movés que se muevan. Vos podés cambiar la actitud de la gente desde el escenario.
E: La gente también es un arma de doble filo, puede elevar el show o llevarlo hasta los oscuros más infernales. Yo me doy cuenta si disfrutan, viendo los ojos que te están mirando… ese brillito que tienen…
Eso te genera un compromiso…
E: Claro. Cuando ves que la gente está compenetrada te soltás más. Cuando la gente está fría, decaída, uno tiene la obligación de levantarla, de impulsarla…
¿Qué bandas de acá escuchan?
E: Rayos Catriel y Atlántica. También Soda Stereo… Dynamo, Amor Amarillo y cosas de Sueño Stereo. Es la banda de acá que más nos gusta, están un paso adelante del resto, marca las tendencias.
S: Los Telépatas eran muy divertidos.
¿Qué rol se imaginan que va a ocupar el marketing con ustedes?
E: Me gustaría que nos ayude a hacernos conocidos, y a partir de ahí seguir solos.
S: Que no nos manoseen.
G: Llegar a tener la libertad para hacer lo que quieras.
E: Eh!, pero eso lo puede hacer sólo U2! Son muy pocas las bandas que lo logran… Los Beatles hicieron lo que se les cantó el culo, y hasta ahí, porque tenían un contrato que les cagaba la vida y no los dejaron cambiarse el nombre cuando quisieron. Ellos querían llamarse Sgt.Pepper y no los dejaron. El problema es que el marketing no es un centro de caridad. Te da algo y te saca otras cosas. Nosotros tenemos la intención de llegar a mucha gente. Supongo que lo único que nunca vamos a hacer es tocar algo que nos avergüence.
Antes me hablabas de Dynamo… ¿realmente es un sonido innovador?
E: No sé si innovador. Para nosotros fue ver música de afuera que ya conocíamos, como My Bloody Valentine, Jesus and Mary Chain… pero cantada en castellano. Sobre todo similar a las bandas inglesas.
¿Ustedes creen que están fuera de esto?
E: Yo, sinceramente, no escucho a ninguna banda de afuera que se parezca a la nuestra. Creo que podés encontrar sonidos de guitarra pero no temas como los nuestros… por lo menos no conocemos bandas así… todo esto dicho desde la no muy buena perspectiva de estar dentro de la banda.
S: Nos somos un grupo al que le dicen “te parecés a tal”… nos falta un referente…
E: Nuestras canciones son 100% del alma, 0 premeditadas. Puro instinto en el estado embrionario… después se van arreglando. Intentamos no reprimir ninguna actitud que nos pueda llegar a venir. Yo con la música estoy en la búsqueda de mí mismo. Hay gente que hace arte como un pasatiempo y hay gente que hace arte porque no le queda otra alternativa. Yo desde los 7 años que hago canciones en mi cabeza… en tercer grado tenía una banda que se llamaba Kerosene y hacíamos temas con un tecladito… yo igual creo que la música es una cosa y la letra es otra, o sea, la letra es algo que se metió en el rock y que nada tiene que ver con la música…
De hecho la música académica tiene toda una razón de ser por sí misma y no tiene letra…
E: Sí, seguro…
¿Quieren cerrar con alguna reflexión?
E: No.
Metamorfosis… 1,2,3 y pasó… de planta a pájaro.
Y la pequeña desconforme le susurraba que cambie, que cambie.
¿Superhéroe? ¿Y si te derriban?
¿Y si volvés a Cactus?
… No temas Ultranena, Astroboy Nunca Pierde…
Hacé una breve reseña de la historia de Astroboy…
Emilio: Estamos juntos desde los quince años (1992, 2do año del Colegio Nacional de Buenos Aires). Yo tocaba la batería, Santiago el bajo y Gabriel la guitarra. Estuvimos mucho tiempo con otro guitarrista haciendo música sin ningún cantante, onda Pixies, Jesus and Mary Chain, The Cure…
Santiago: Fanáticos de Pixies
E: Eramos asérrimos fanáticos de ellos…
¿Por qué “eramos”? ¿No lo son más?
S: Nos gusta pero… digamos que conocimos otras cosas. En esa época nuestro gusto era bastante cerrado.
E: Ya no nos influye de la misma manera… bueno… después entró un cantante, Alejo. Seguimos haciendo música cantada en inglés. Se fue el guitarrista (Nicolás) y seguimos como un cuarteto llamándonos Cactus (por el tema de Pixies). Cambiamos el nombre a Pajarracos desde el momento en el que empezamos a cantar en castellano, porque comenzamos a oir bandas nacionales y nos dimos cuenta de que era una pelotudez cantar en inglés. No tenía nada que ver.
¿Qué bandas?
E: Peligrosos Gorriones y Telépatas, más que nada. Era una época en la que todos los fines de semana ibas a ver alguna banda, un poco para aprender esto de cantar en castellano, que para nosotros era muy nuevo, nos sonaba raro. Grabamos dos demos en castellano (antes habíamos hecho uno en inglés) hasta que Alo se alejó de la banda. Estuvimos un tiempo solo nosotros tres viendo que hacíamos, a la deriva. Fue muy poco tiempo, hasta que apareció Marina. La idea original era que fuese corista mientras yo cantaba pero finalmente terminó cantando sola y provocó algunos cambios importantes.
S: Además porque nosotros tres veníamos con una idea musical bastante clara…
E: Nos conocíamos muy bien…
S: Claro, y ella vino con ideas distintas.
¿De qué año están hablando?
E: De mediados del ’94. No llegamos a tocar nunca en vivo porque sólo empezamos a sonar bien sobre el final de la cosa. La cuestión es que terminó la relación musical con ella y quedamos nosotros tres a la deriva. Nos compramos una portaestudio y empezamos a grabar canciones, empezamos de cero de vuelta.
S: Esto fue durante las vacaciones. Era una época de hacer todo “casero”. Fines del ’94 y principios del ’95.
E: Empezamos a descubrir una veta más pop y más original que antes.
G: En los temas de portaestudio eso se nota mucho…
E: Sí, en la porta experimentamos mucho porque no teníamos nada que perder, no había límite de tiempo. Fue una cosa muy loca (risas)… pero en marzo de este año se incorporó Ezequiel, que es el baterista actual y también es del Nacional de Bs.As. Empezamos a ir de vuelta a la sala de ensayo. Nos costó al principio, el adaptarnos… yo al micrófono, Ezequiel a la banda… antes estábamos sentados en un living, grabando.
S: Además de eso se puede decir que estabamos bastante saturados, veníamos con muchas ganas de ensayar.
E: La cosa no caminó hasta un par de meses después, cuando empezamos a encontrarle la vuelta. Empezamos a conocernos más, surgieron muchos temas nuevos… una fluidez creativa que se fue gestando. El sonido de Astroboy en vivo se gestó en la sala, no en la portaestudio; el sonido de Ultranena también. Ultranena es el nombre de una producción independiente que estamos por editar para fines de diciembre. Gastamos mucha plata, está bastante bien grabada. La tirada se calcula entre 100 y 150 cassettes, todavía no está decidido. Tiene 9 temas… dónde estábamos?… ah, empezamos a tocar en vivo y conocimos un manager, con lo cual empezamos a aparecer un poco más. Nunca llegamos a padecer mucho el manejo infame y sucio y el manoseo desagradable de los dueños de los lugares. Después del primer show que tuvimos en Remember, donde nos trataron para el orto… hicimos un arreglo muy malo. Conocimos a Gonzalo (de Mortal Records) que nos consiguió fechas más dignas. Entonces nos dedicamos a llegar, tocar y nada más. Así llegamos a la actualidad, Astroboy en este momento es la mejor banda del país (risas)…
¿Cuántos shows llevan hechos?
E: Muy pocos… un Remember, tres en La Luna, una vez en La Plata en Ultrabar, otra en El Dorado y otra en Grock con los DDT. Realmente nos sentimos a pleno como banda, musicalmente. Nos tomamos muy en serio todo esto, moviéndonos para todos lados, pero recién ahora, que es cuando logramos la perfección musical (risas)
S: Digamos que, estamos muy cómodos.
E: Siempre sentimos que había un cuarto en discordia y Ezequiel fue la excepción.
Contáme como encajó el en todo esto…
E: Ezequiel encajó perfectamente, es una persona que se adapta a las circunstancias, toca bien y le gusta lo que hacemos. Nos conoce desde hace años. Al poco tiempo ya nos sentíamos bien como banda, él es parte activa. Esta es la primera formación en la que realmente estamos bien; los ensayos son cero-tirantes, sin discusiones (risas y llantos).
¿Qué esperan a nivel “sonido”?
E: Nosotros tenemos un sonido más o menos característico que se basa en la voz y en una pedalera de efectos. Mi voz y las guitarras de Gabriel, esa es la base… también el bajo de Santiago, su forma de tocar, y el touch de Ezequiel (risas)… bah, no sé si tenemos un sonido característico…
S: Hace poco estuvimos a punto de cambiarnos el nombre…
E: Pasamos por una crisis de identidad que duró más o menos un mes, en el cual no nos hallábamos ni en el colegio ni en nuestros hogares.
S: Es que no nos llegamos a identificar con ningún nombre.
¿Por qué “Astroboy Nunca Pierde”?
E: Pensé que la encuesta iba a ser más original (risas). Astroboy Nunca Pierde es una frase llena de estética y muy sugerente.
S: No hay una explicación, no es que un día nos pusimos así porque nos pasó tal cosa. Simplemente estabamos anotando nombres, cosas, y nos gustó como sonaba y lo dejamos.
E: Cambiar el nombre hubiese sido dar un paso atrás, porque ya habíamos tocado con ese nombre y la gente que nos vió nos conoció por Astroboy Nunca Pierde.
¿Y cuál es la importancia que tiene el nombre en una banda?
S: Finalmente nula. El nombre se adapta a las situaciones.
E: Si vos llegás lo podés hacer con el mejor o con el peor nombre, con el más adecuado o con el menos adecuado. La gente lo termina relacionando a la banda. Si nosotros nos llamaramos Muerto Podrido podría hasta llegar a ser asimilado y relacionado con algo pop, estético, hermoso (risas). Creo que la importancia es que el nombre sea recordable, que tenga punch.
¿Para qué tocan?
E: Primero porque no podemos no tocar, porque cuando estamos un tiempo sin tocar nos sentimos mal. Creo que no tenemos otra chance, cualquiera de nosotros sentiría un gran vacío.
S: Desde que tocamos lo sentimos como una de las cosas más importantes de nuestra vida, estamos pensando en eso casi todo el tiempo.
E: No podemos parar, es una necesidad. Sentimos un gran placer, nos destapamos, nos desahogamos mucho cuando vamos a ensayar. Es la salida a todo el arte que tenemos dentro.
Es lo único a lo que no te obligan y que realmente te da placer…
E: Más o menos, a Gabriel hay que llevarlo a los ensayos de los pelos!! (risas)
¿Qué expectativas tienen, más allá del desahogo y todo eso?
E: Para nosotros la música es todo. El arte en general y la música en particular. No podemos vivir sin música, sin hacerla, sin escucharla. Lo necesitamos constantemente. Si bien no es nuestro objetivo, sería muy bueno poder vivir de esto, para poder dedicarle todo nuestro tiempo y principalmente porque nosotros no somos de la ideología de que hacemos la música por y para nosotros, sino que la hacemos por nosotros y para la mayor cantidad de gente posible. Mientras más gente la escuche mejor nos vamos a sentir.
¿Y qué esperan que su música produzca en la gente?
E: Que se les ponga la piel de gallina, o les agarren escalofríos, o que lloren… cuando una canción provoca una reacción no racional, como puede ser el decir que bien este arreglo de bajo con la guitarra, ese tipo de cosas que te pasan con contados temas, es muy especial, es indescriptible… Ese es mi objetivo, si lo logro me siento pleno.
¿Cómo componen?
E: Generalmente yo soy el que hace las canciones y llegan a la sala en dos estados distintos. A veces terminadas y a veces desmembradas como ideas sueltas, y las vamos trabajando juntos.
S: Muchas veces nos pasa que Emilio hace un tema y nos parece que va a ser buenísimo y el paso a la sala lo destruye…
E: Hay muchos temas que en guitarra acústica y voz suenan muy bien y que no se adaptan a lo que sería una formación de rock. Por eso la gran mayoría de las canciones que grabamos en portaestudio no pudieron trasladarse a la formación actual. Hay temas que casi llegan terminados y otros que requieren mucha metamorfosis… encontrar la forma de tocarlos.
S: Tenemos temas versionados varias veces…
E: Incluso si nos vas a ver seguido, muchacho, verás que vamos cambiando de show en show.
¿Cuál es la temática de las letras?
E: El 90% habla de cosas que me pasan en el momento, relacionadas con mi estado de ánimo. Puedo hablar de amor, bronca, de un sueño, no sé…
¿Y el otro 10%?
E: Y… el otro 10% puede ser una palabra que aparece zapando un tema y que después detona el resto de la letra. Puede quedar una fábula que no tiene nada que ver con mi vida, como por ejemplo La la la.
G: Muchos temas salen de zapar… además porque pasamos muchas cosas juntos.
¿Hay “química de grupo”?
E: Tenemos química de grupo para tocar, versionar y arreglar, no para componer…
G: El ensayo ocupa un lugar sagrado en la semana de cada uno, es muy importante… estás fuera de todo, es irreemplazable.
E: Es como la cena…
G: No se suspende ante nada, en el ensayo te olvidás de todo…
E: Cuando termina te querés matar… es algo único, pero es un arma de doble filo. Es lo más y lo menos.
G: Ya el simple hecho de mostrar tu arte a otra gente y pensar en que lo puede recibir es grandioso…
¿Qué cosas les pasan por la cabeza cuando tocan en vivo, más allá de lo estrictamente musical?
E: Cuando estás en el escenario no te podés escapar ni esconder. Si sale mal tenés que seguir igual, estás expuesto de una manera única. Entonces cuando todo sale como vos querés, cuando la gente recibe más o menos lo que vos pretendés que reciba, es una sensación especial, una adrenalina que te corre por todo el cuerpo. Quizás después te bajás del escenario y estás muerto, pero en el escenario no sentís dolor, no sentís cansancio, ni calor ni frio. Tocar en vivo no se compara con nada, es un… un orgasmo entre la banda y el público. Igual, de los pocos shows que hicimos creo que solo uno salió como esperábamos, y en ese show nos sentimos unos centímetros arriba del suelo…
S: Una elevación adrenalínica…
¿Qué papel juega el sonidista?
G: Muy grande; nosotros tenemos muchos temas en los que el ambiente es muy importante, cada tema crea su clima, entonces no es fácil. Hay bandas que ponen todo a un volúmen y tocan… por ahí nuestra forma de sonar sea como un juego de climas…
E: Tenemos más problemas porque hay más variación de volúmenes, de intensidades. Somos muy hinchapelotas con el sonido, no tenemos mucha cancha. Yo no puedo sobrellevar un show sin retorno.
S: Además está el tema de la guitarra de Gabriel que usa un efecto distinto para cada tema, eso hace que el sonidista tenga que estar muy atento…
¿Y cómo ven a la gente desde arriba del escenario?
E: La gente que está abajo marca la diferencia entre un ensayo y un show…
S: Y uno tiene que tratar de, aunque suene maquiavélico, manejar a la gente, en un sentido más artístico… o sea, si te movés que se muevan. Vos podés cambiar la actitud de la gente desde el escenario.
E: La gente también es un arma de doble filo, puede elevar el show o llevarlo hasta los oscuros más infernales. Yo me doy cuenta si disfrutan, viendo los ojos que te están mirando… ese brillito que tienen…
Eso te genera un compromiso…
E: Claro. Cuando ves que la gente está compenetrada te soltás más. Cuando la gente está fría, decaída, uno tiene la obligación de levantarla, de impulsarla…
¿Qué bandas de acá escuchan?
E: Rayos Catriel y Atlántica. También Soda Stereo… Dynamo, Amor Amarillo y cosas de Sueño Stereo. Es la banda de acá que más nos gusta, están un paso adelante del resto, marca las tendencias.
S: Los Telépatas eran muy divertidos.
¿Qué rol se imaginan que va a ocupar el marketing con ustedes?
E: Me gustaría que nos ayude a hacernos conocidos, y a partir de ahí seguir solos.
S: Que no nos manoseen.
G: Llegar a tener la libertad para hacer lo que quieras.
E: Eh!, pero eso lo puede hacer sólo U2! Son muy pocas las bandas que lo logran… Los Beatles hicieron lo que se les cantó el culo, y hasta ahí, porque tenían un contrato que les cagaba la vida y no los dejaron cambiarse el nombre cuando quisieron. Ellos querían llamarse Sgt.Pepper y no los dejaron. El problema es que el marketing no es un centro de caridad. Te da algo y te saca otras cosas. Nosotros tenemos la intención de llegar a mucha gente. Supongo que lo único que nunca vamos a hacer es tocar algo que nos avergüence.
Antes me hablabas de Dynamo… ¿realmente es un sonido innovador?
E: No sé si innovador. Para nosotros fue ver música de afuera que ya conocíamos, como My Bloody Valentine, Jesus and Mary Chain… pero cantada en castellano. Sobre todo similar a las bandas inglesas.
¿Ustedes creen que están fuera de esto?
E: Yo, sinceramente, no escucho a ninguna banda de afuera que se parezca a la nuestra. Creo que podés encontrar sonidos de guitarra pero no temas como los nuestros… por lo menos no conocemos bandas así… todo esto dicho desde la no muy buena perspectiva de estar dentro de la banda.
S: Nos somos un grupo al que le dicen “te parecés a tal”… nos falta un referente…
E: Nuestras canciones son 100% del alma, 0 premeditadas. Puro instinto en el estado embrionario… después se van arreglando. Intentamos no reprimir ninguna actitud que nos pueda llegar a venir. Yo con la música estoy en la búsqueda de mí mismo. Hay gente que hace arte como un pasatiempo y hay gente que hace arte porque no le queda otra alternativa. Yo desde los 7 años que hago canciones en mi cabeza… en tercer grado tenía una banda que se llamaba Kerosene y hacíamos temas con un tecladito… yo igual creo que la música es una cosa y la letra es otra, o sea, la letra es algo que se metió en el rock y que nada tiene que ver con la música…
De hecho la música académica tiene toda una razón de ser por sí misma y no tiene letra…
E: Sí, seguro…
¿Quieren cerrar con alguna reflexión?
E: No.
Letras
(Futura canción)
Quiero ser tu lengua para mirar tu garganta. Quiero ser tu lengua. Tengo una mano entre tu pecho y tu alma. |
Tiburón
Ey, descansa bien no te agites demasiado, recuéstate. Cuando me pierdo en el alma Mi propia trampa, rendido a tus pies. A mi mujer le gustan los abrigos de piel … piel de tiburón. No me mires más como un tiburón si me podés alcanzar en el fondo del mar bucearemos los dos. |